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¡UN SUEÑO HECHO REALIDAD!

Del 7 de diciembre 2018 al 6 de enero del 2019, se llevará a cabo la festividad navideña en la comunidad de San Pedro Tlalcuapan, municipio de Santa Ana Chiautempan.

Esta Comunidad es particularmente reconocida por las espectaculares luces navideñas que adornan las casas, calles y jardines; así como nacimientos de tamaño real, con animales disecados o hasta vivos.

Para anunciar los festejos, el Presidente de Comunidad, Raymundo Cahuantzi Meléndez, acompañado de integrantes del comité organizador, dieron a conocer en rueda de prensa, el encendido del árbol navideño, el cual cuenta con una altura de 4 metros de alto, cuya característica de este año, es que se encuentra al lado de un árbol natural, el cual fue plantado recientemente para que sea el que se adorne en los siguientes años y con ello evitar la tala inmoderada del bosque.

Es un sueño hecho realidad, ya que desde que iniciamos estos festejos, teníamos la idea que tener un árbol natural que conforme pasen los años, vaya creciendo y llegue a ser un gran árbol de navidad…

El 17 de diciembre a las 19:00 horas se llevará a cabo el desfile navideño por las principales calles de la comunidad, que abarcará una distancia aproximada de 5 kilómetros, posteriormente se realizará la tradicional posada y una pastorela con villancicos cantados en Náhuatl, pues los habitantes tienen la firme convicción de rescatar sus costumbres y tradiciones como pueblos indígenas y preservar su lengua materna.

ANTECEDENTES.

De acuerdo a la versión de un poblador de Tlalcuapan, en los años 50´s don Margarito Bello Bello escribió en sus memorias que la población celebraba la navidad con las tradicionales posadas en la iglesia de la población de San Pedro Tlalcuapan, del 16 al 24 de Diciembre culminando con la celebración del nacimiento del Niño Jesús de Nazaret.

En esa época mientras las familias esperaban la hora de la posada prendían una luminaria a la orilla de la vereda o camino de terracería, con la doble finalidad: calentarse e iluminar el lugar por donde caminarían.

En esa época, las casas estaban retiradas unas de las otras, sin embargo, con el paso del tiempo la energía eléctrica llegó a la comunidad y, poco a poco se fueron cambiando las luminarias por focos al exterior de cada casa, para iluminar el camino por las noches.

ORIGEN DE ADORNAR AL ESTILO GRINGO.

En los años 60´s cuando los primeros migrantes de Tlalcuapan cruzaron la frontera del norte en busca de mejores posibilidades económicas fue que conocieron otro estilo de vida y navidades diferentes, así que a su regreso, por lo regular en junio la fiesta del pueblo y, Diciembre fiestas navideñas, traían regalos para sus familiares incluyendo luces navideñas; fue entonces que algunas de las casas comenzaron a lucir con adornos importados, llámense coronas navideñas, botas luminosas, estrellas, renos o santas, todos diferentes en iluminación y estética.

Cada año se fue proliferando este gusto por adornar y, a pesar de no tener familiares que trajeran luces o adornos importados la gente comenzó a adquirir sus luces en los mercados locales, hasta que en los años 90´s un grupo de connacionales voluntarios mandaron 150 series de luces navideñas para adornar los templos del pueblo.

En esa misma década, un grupo de habitantes en coordinación con las autoridades locales organizaron un concurso navideño otorgando un premio económico a la familia que mejor adornara la fachada de su casa, aunque los premios sólo fueron representativos la tradición por adornar comenzó, ya que el gasto de luces y consumo de energía superaban el premio; a raíz de este concurso el gusto por adornar y la satisfacción por dar sin recibir tomo un rumbo turístico…

Es así, como un grupo de vecinos entusiastas, iniciaron con la promoción para que la gente acudiera a esta comunidad para admirar esta villa adornada al estilo estadounidense, con la peculiaridad de que esta población se encuentra al pie de la montaña de la malinche.

Los habitantes ponen todo su empeño para engalanar sus hogares con luces y colocar nacimientos vivientes, donde el calor y la hospitalidad de los tlalcuapenses se siente, de manera especial del 16 de diciembre hasta el 6 de enero, época en la que reciben muchas visitas para admirar su iluminación, adornos y nacimientos vivientes.

Las puertas de las casas se abren para que los visitantes puedan entrar y así observar los nacimientos y adornos, el acceso inicia desde las 16 horas hasta la 1 de la madrugada.

NACIMIENTO CON ANIMALES VIVOS.

En la calle Diego Martín número 46, de San Pedro Tlalcuapan, se encuentra la vivienda de Juan Meléndez y su familia, quien desde hace ya algunos años, es el único que tiene animales vivos en el nacimiento que coloca al interior de su hogar.

Desde dos semanas antes de la festividad, inician con los preparativos del pesebre, uno de los más visitados por su ingeniosa idea de representarlo con animales vivos. Como chivos, borregos, guajolotes, gallinas, burros, caballos y hasta un búho forman parte del nacimiento que rinde veneración al niño Jesús.

Aunado a que en su hogar se venden distintos aperitivos que van desde chalupas, tlacoyos, pan de dulce, café y ponche. “Hasta el momento no hemos pensado cobrar la entrada a la gente que nos visita, porque es una tradición que nos gusta compartir. Con lo que logramos vender es suficiente para cubrir parte de los gastos”.

En otras viviendas, los nacimientos son realmente dignos de admirarse, ya que la creatividad y las posibilidades de cada familia, les dan un toque característico cada año.

AL RESCATE DE LA LENGUA MATERNA.

San Pedro Tlalcuapan, es una población que tiene grandes raíces indígenas, por lo que en forma organizada, habitantes de esta comunidad, buscan rescatar sus costumbres y tradiciones, como lo es el famoso baile del Xochipitzahuac, danza que es ejecutada al ocurrir un enlace matrimonial, así como el rescate  de la lengua náhuatl, lengua materna de la población.

Por esta razón, dentro de las actividades a realizar en los festejos navideños, destaca la realización de posadas en lengua náhuatl, así como en este año 2018, se presentará una pastorela con villancicos en lengua náhuatl y una verbena popular, donde son las personas adultas mayores las que han enseñado a las nuevas generaciones su lengua materna, para que se preserve y sean dignos representantes de sus orígenes indígenas a los visitantes que año con año se dan cita en esta comunidad tlaxcalteca, donde la magia, el color y la creatividad se envuelven en una diversa gama de cultura y tradición, dando un toque especial a la Navidad al Pie de Gran Montaña, ¡Vívela con tu familia en este típico lugar de Tlaxcala!

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