Conoce Tlaxcala

A TRAVÉS DE LA HISTORIA.

Antigua Plaza de Armas, actualmente conocida como Plaza de la Constitución.

Es una de las primeras plazas en territorio continental, pues anterior a ella sólo se encuentran las que los españoles fundaron en Cuba y otros lugares.

La Plaza de Armas fue de vital importancia debido a que a la llegada de los españoles se erige este espacio como uno de los principales, debido a su ubicación y como principal centro rector de toda la vida política, económica y social de la sociedad tlaxcalteca.

Al concluir la etapa de la Conquista de la Gran Tenochtitlán, «Tlaxcala tiene durante la fundación de la Ciudad y la construcción de la plaza, contar con un cabildo indígena”, ello por Cédula Real de Carlos I.

De igual manera, el Rey Carlos I de España dispone que los indios tengan voz y voto en su Cabildo, que puedan ser gobernadores de la dicha insigne y siempre leal ciudad de Tlaxcala, lo que se agrega a la Cédula Real de abril de 1535 para instalar a partir de enero del año siguiente el Cabildo Indígena.

Respecto a su denominación como Plaza de la Constitución, se da el 31 de octubre de 1812, las autoridades tlaxcaltecas del Cabildo Indígena hacen el juramento a la Constitución de Cádiz, que creaba Ayuntamientos y disolvía las estructuras políticas virreinales. Formalmente a partir de este día cesaron los privilegios para la nobleza indígena y se daba por terminada la institución del Cabildo formada en enero de 1538.

“En tiempos del gobernador Próspero Cahuantzi, compañero de armas de Porfirio Díaz durante la guerra contra el ejército francés, se recibe como presente el kiosco que hoy adorna el centro de la plaza de la Constitución y que cuenta con un estilo afrancesado es el que predomina en México a finales del siglo XIX y principios del siglo XX”.

La plaza tiene las medidas de una plaza medieval española, que son 120 metros por lado, anteriormente “se media en varas”.

La importancia de la actual Plaza de la Constitución supera el valor simbólico, social, cultural e histórico pues es indispensable para la generación de lazos entre seres humanos de distintas generaciones y costumbres, así como de pueblos y comunidades.

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