Conoce Tlaxcala

CONOZCA SAN PABLO APETATITLÁN.

Ante la cercanía de la Fiesta Patronal en honor a San Pedro y Pablo, el 29 de junio, lo invitamos a visitar San Pablo Apetatitlán, por lo que aquí le presentamos algunos antecedentes históricos, sus lugares emblemáticos, que lo hacen ser un municipio distinguido del estado de Tlaxcala.

ÉPOCA PREHISPÁNICA.

Los primeros restos de ocupación en el municipio de Apetatitlán de Antonio Carvajal, datan del año 1800 a.c., cuando agricultores, incipientes fueron construyendo viviendas permanentes y elaboraron cerámica, domesticaron animales, observaron los astros y registraron los cambios de estación.

LA COLONIA.

De acuerdo con la administración indígena, Apetatitlán dependió de la cabecera señorial de Tizatlán, hasta 1545. A mediados del siglo XVI, fue un barrio que pertenecía a San Bartolomé Tlacaxolloc, pueblo que se despobló debido a las epidemias de viruela, quedando abandonado. Por contrapartida el barrio de Apetatitlán fue creciendo hasta convertirse en pueblo.

En el siglo XVI, los franciscanos propagaron el trazo rectangular tipo tablero de ajedrez, pero San Pablo Apetatitlán lo adoptó hasta el siglo XVIII. Por el año de 1719 se remodelaron los pueblos. En 1791, según el censo de Revillagigedo, la cabecera del partido tenía calles y plazas, bien trazadas.

El eje urbano de Apetatitlán, lo constituye lo que se llamó calle Real y más tarde, calle Nacional. Como Apetatitlán fue paso obligado para los viajeros en el camino México-Veracruz. El antiguo camino comercial, tenía 3 rutas, conocidas de acuerdo con su recorrido: de Puebla hasta la Venta se le denominaba camino de la Venta; de este lugar a Apetatitlán, camino de Hueyoapa; y de Tlaxco a Zacatlán, camino de la Sierra. Además del antiguo camino comercial, también pasaba el camino real, saliendo de la ciudad de Tlaxcala, pasando por Ixtulco, Tlatempa, San Pablo Apetatitlán, Tecolotla, márgenes del río Tequixquiatl, atravesaba el río Metecatla hasta llegar a Apizaco.

Por lo que se refiere a las haciendas agrícolas y ganaderas, éstos empezaron a tomar auge a finales del siglo XVI y se consolidaron en el XVII. Las ubicadas en Apetatitlán y Santa Ana Chiautempan eran menos extensas que los de otras regiones. En Apetatitlán aún se conservan vestigios de sus cascos entre los que encontramos Apatzingo, La Aguanaja y el Gavillero.

SIGLO XIX

LA INDEPENDENCIA.

Dentro del marco histórico de la Guerra de Independencia, y la confusión que ésta produjo dentro del territorio mexicano, poco tiempo después en el año de 1824, los ayuntamientos de Apetatitlán, Huamantla, Tlaxco, Ixtacuixtla y San Dionisio; forman una representación al Congreso pidiendo la anexión del estado de Tlaxcala al de Puebla.

LA REFORMA.

En el año de 1849, Apetatitlán era un ayuntamiento, que contaba con dos alcaldes. En lo político y en lo judicial pertenecía al partido de Tlaxcala, uno de los tres partidos en que se dividía el territorio de Tlaxcala.

Por instrucción pública, se dictaron leyes y programas además de promover y fomentar la educación primaria, mediante el establecimiento de siete juntas bajo la supervisión del gobierno del estado. El decreto relativo a esta iniciativa de ley fue emitido por el Congreso del Constituyente Estatal, el 11 de agosto de 1857 y en él se estipulaba que Apetatitlán, se ubicaba en la quinta sección de acuerdo al artículo 3º de dicho decreto.

En esta época destaca la figura de Antonio Carvajal, militar tlaxcalteca, oriundo de Apetatitlán, quien apoyó el Plan de Ayutla. Pronunciándose en la plaza de la constitución de la ciudad de Tlaxcala, quemando los retratos de Santa Ana. El jefe político, general Joaquín de los Reyes halló por las azoteas de las casas consistoriales cuando observó a la multitud enardecida. Esta designó, como jefe de la rebelión y encargado del gobierno del territorio al Licenciado Guillermo Valle.

EL PORFIRIATO.

En el año de 1877, ya existía en Apetatitlán una escuela y se arreglaba la calzada del barrio del Rosario. El 29 de Abril de 1879 con el Decreto No. 5 del artículo único le concede al pueblo de Apetatitlán el título de «Villa del Progreso», en atención a la importancia de su localidad, comercio e industria, siendo gobernador Miguel Lira y Ortega, quien mandó que se imprimiera, publicara y circulara decreto fechado el 30 de Abril de 1879.

De 1885 a 1911, el gobernador del estado Próspero Cahuantzi, dio un impulso a la industria y a la construcción de vías férreas entre éstas el ramal de Apizaco a Puebla que en su recorrido de Tlaxcala a Chiautempan, pasaba por San Pablo Apetatitlán, con una extensión de 8 kms. Así como el ferrocarril agrícola de Nativitas. Entre las obras que se recuerdan de la administración porfirista destacan la remodelación de la calle nacional, la construcción de un kiosco en la plazuela de Galeana. En el pueblo de Belén se inauguraron los locales destinados para la escuela de niños y agencia municipal. También contaba con la fábrica de aguardiente «La Carolina», propiedad de Julia López, la cual fue fundada en el año de 1868. Así como con tres molinos de trigo.

ÉPOCA CONTEMPORÁNEA.

De acuerdo al artículo segundo, el Municipio conservó su extensión y límites y la cabecera conservará su nombre de Villa de Apetatitlán. En el artículo tercero se decretó que para el 4 de mayo, la diputación permanente del Congreso del Estado, celebraría una sesión pública y extraordinaria a las 12 horas, en el lugar señalado, con asistencia del Ejecutivo y del Poder Judicial, para dar a conocer este acontecimiento y conmemorar el triunfo de las armas de la Nación en Atlixco, Puebla, al mando del General Antonio Carvajal en contra de las fuerzas francesas.

ATRACTIVOS CULTURALES Y TURÍSTICOS

FIESTAS, DANZAS Y TRADICIONES.

Se realiza cada año el día domingo a partir de las 15 horas. Esta fecha es movible y va de acuerdo a lo que determinara la comisión organizadora, pero por lo regular se realiza 8 días después del miércoles de ceniza, una vez que concluye el carnaval en el barrio de Tlatempa.

FIESTA PATRONAL.

 Durante este tiempo se ofician misas en el templo a las 6 horas y rosarios a las 19 horas. El sábado, a las 12 horas, empiezan a tocar el teponaxtle durante toda la tarde en el atrio del templo y a partir de las 6 de la tarde, se celebran las vísperas y matinés en la parroquia de la población. A las 9 de la noche da inicio el tradicional baile de feria.

El domingo es el día principal, y comienza a las 5 horas con las tradicionales «mañanitas» que son entonadas en el templo. El teponaxtle y la banda de música tocarán en intervalos de tiempo durante el domingo y el lunes. Se ofician misas cada hora. Se celebran bautizos, confirmaciones y comuniones.

ARTESANÍAS.

En San Pablo Apetatitlán, se elaboran objetos de madera natural, como son las imágenes religiosas para templos y particulares. Entre estas figuras encontramos la de la Virgen María, la de San José y la del Ángel, todas talladas en madera de ayacahuite, con brazos y piernas articuladas y ojos de vidrio, el cuerpo pintado de azul cielo.

En la población de Tlatempa, existen talleres donde elaboran máscaras de madera de ayacahuite o colorín, propias para las fiestas de carnaval. Estas son muy espectaculares y codiciadas por los danzantes. Se tallan, se enlienzan, se pintan y se integran al óleo. Un detalle muy particular de estas máscaras, es que los ojos son de vidrio o movibles, con grandes pestañas; también se les ponen barbas, diente de oro y lunares, que representan los rostros de mujeres y hombres europeos.

GASTRONOMÍA

En este municipio uno de los platillos más gustados es el mole colorado, el cual puede ser de guajolote o de pollo, acompañado con arroz y tamales largos o blancos, éste se sirve principalmente en casamientos, bautizos y quince años.

La barbacoa de carnero y los mixiotes son otros de los platillos que se acostumbran servir, así como los tlatloyos, chileatole, las quesadillas de huitlacoche, de flor de calabaza y chiles en nogada. Y no podría faltar la bebida preferida que es el pulque natural o bien curado de frutas y el «verde de Tlaxcala».


La importancia del municipio de Apetatitlán de Antonio Carvajal, radica al ser un punto de encuentro del Comercio, al estar muy cerca de la capital tlaxcalteca, donde se encuentra el centro comercial El Gran Patio, inaugurado en el sexenio del Gobernador Mariano González Zarur.

Sin duda, un municipio digno de ser visitado, para conocer más sobre su historia, tradiciones y sus atractivos arquitectónicos y ecoturísticos únicos en la entidad.

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