TERCER SEÑORÍO
POR ABRIL GÓMEZ
La República de Tlaxcallan o Confederación de Tlaxcala fue una unión de cuatro altépetl tlaxcaltecas: Tepeticpac, Ocotelulco, Tizatlán y Quiahuiztlán, que se ubicaban en la parte oriental del valle de México, en los actuales estados de Tlaxcala y Puebla y estaban rodeados por el Imperio mexica. No contaban con un tlatoani, sino que cada señorío tenía su propio gobierno. Tizatlán, significa “lugar de tiza o tierra blanca, es el Tercer Señorío gobernado por Xicohtencatl “el señor de los labios de Jicote”.
ZONA ARQUEOLÓGICA
Se ubica sobre una plataforma artificial construida en las laderas bajas del Cerro Oztotl (Cerro Blanco). La evidencia arqueológica indica que Tizatlán presenció una ocupación humana continua desde el periodo Formativo Medio. Sin embargo, el principal asentamiento en el área corresponde al Posclásico, que va de 1100 a 1529.
Este periodo se caracterizó por importantes migraciones chichimecas, episodios de conflicto e inestabilidad política, junto con el surgimiento de facciones y alianzas entre diferentes altépetl, dando origen a un periodo de sometimiento y conquista territorial por parte de grupos que ingresaban al valle de Tlaxcala. Fue el señorío de Tizatlán donde Xicoténcatl recibió a Hernán Cortés a su arribo a la región tlaxcalteca en 1519.
Sin embargo y dada la importancia de este lugar en la historia prehispánica, se encontraba cubierta y fue en el año 1927 cuando iniciaron los trabajos de excavación en la zona, ya que algunos lugareños encontraban en el cerro frente a la Iglesia, piezas de cerámica, figurillas e ídolos que llevaron a las distintas exploraciones arqueológicas realizadas en el sitio a lo largo de 86 años que han revelado restos arquitectónicos del palacio de Xicoténcatl.
Es así como fueron hallados altares policromos en uno de los edificios principales de la zona arqueológica. Esto atrajo la atención de destacados especialistas, quienes desarrollaron programas arqueológicos para entender y ubicar al asentamiento prehispánico de Tizatlán en su contexto cultural y regional.
CAPILLA ABIERTA
La Capilla Abierta de Tizatlán, se edificó en el siglo XVI sobre la plataforma de una pirámide que fue parte principal del Palacio de Xicohténcatl el Viejo. El adobe se asemeja al recubrimiento de las construcciones prehispánicas y la obra aparece en el Lienzo de Tlaxcala que data de 1550. Se afirma que Hernán Cortés colocó una Cruz aquí, junto con los caciques Maxixcatzin y Xicohténcatl. La construcción es de 1539.
En su interior guarda la memoria histórica con pinturas murales que aún se conservan y que ayudaron en el proceso de evangelización, explicó el M.V.Z. Romualdo Padilla Padilla, integrante del Grupo Cultural Tercer Señorío de Tizatlán quien ofreció a Tlaxcala Cultural un recorrido por este sitio emblemático de Tlaxcala.
TLALANCA
La Capilla Abierta cuenta con espacios que actualmente se encuentran en remodelación a iniciativa del Grupo Cultural y en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por lo que aun se encuentran salones con muebles y retablos originales, los cuales poco a poco se irán colocando en su lugar.
Por el lado izquierdo y al bajar unos escalones se encuentra un lugar conocido como “Tlalanca” (del vocablo náhuatl, que significa casa subterránea), señala Romualdo Padilla, “aquí es colocada la Imagen del Santo Entierro de Cristo, la cual es considerada por lo lugareños como milagrosa, muy milagrosa, es un Cristo acostado antes del sepulcro y cuando llegan los españoles lo traen para la evangelización y uno de los primeros lugares donde lo depositan es aquí”.
Cada 3 de agosto, se traía la imagen del Santo Entierro, porque se suponía que apareció en esa fecha, lo colocaban aquí y lo sacaban en procesión, se dice que es muy milagroso, la gente de aquí le tiene mucho aprecio, cuando no llueve mucho todavía se saca en procesión en los cuatro puntos cardinales en la explanada como una ofrenda para que llueva.
En el techo se encuentran pintadas algunas estrellas, simulando una noche estrellada, el “tlalanca” es un lugar de castigo hasta hace pocos años, las personas que llegaban aquí, es porque causaban algún problema, los encerraban y dormían aquí, es decir, funcionaba como una cárcel, “pero era la peor de las cárceles porque dicen que soñaban cosas horribles y vivían un tormento…”.
La Capilla Abierta funcionó más de 300 años, arriba del Tlalanca, estaría el altar mayor, ya que la Iglesia fue construida y terminada en 1898, es muy reciente, este espacio en todo caso no estaba y la gente recibía la catequización en la explanada.
“Si se dan cuenta, las puertas de estas ventanas con originales y conservan las pinturas como este pequeño florero con un ramo de flores, aquí se supone había una entrada a un túnel que conectaba a los cuatro señores de Tlaxcala, no lo sabemos realmente si sea o no, pero así es este espacio, así era destinado”.
El piso ya fue remodelado, aunque fue levantado, ya que hicieron una excavación para saber que había debajo, porque los templos eran construidos sobre espacios sagrados, entonces se encontraron algunos cuerpos que debieron de ser de gente importante de aquellos años, porque no se concibe que alguien esté enterrado aquí con poco tiempo, encontraron dos niños y una persona adulta, “no sabemos si esos niños correspondan a los niños mártires y el adulto a Xicohténcatl ya que esa información la tiene el INAH y está reservada, seguramente siguen en ese proceso de investigación”.
La Capilla Abierta, es única en su tipo, ya que no se encuentra alguna otra construcción como tal, y se conoce que fue una de las primeras capillas abiertas del siglo XVI, aquí (en las ventanas con barrotes), se ponían las personas a escuchar la homilía con los utensilios que se requieren para las misas, todos los ornamentos y demás estaban al pendiente en algún momento.
Esta es una parte de la capilla, toda la viguería que tiene arriba es original, no sabemos si el piso es original, pero de que tiene más de 400 años, si lo aseguro, las pinturas murales fueron tapadas con cal para protegerlas.
De acuerdo con algunos testimonios e investigaciones escritas, la Capilla Abierta fue construida por los indígenas bajo las órdenes de los frailes franciscanos, se edifica sobre lo que fue la parte principal del palacio de Xicohténcatl; actualmente forma parte de la zona arqueológica de esta comunidad.
En su interior se pueden apreciar una serie de pinturas murales realizadas por los Tlacuilos en el que se plasman escenas importantes de la biblia, entre ellas el “Bautismo de Jesús en el Río Jordán”, “La Adoración de los Reyes”, “La Anunciación”, así como “Alegoría Franciscana” y “Jesús en el Purgatorio”.
Estos murales fueron rescatados por la antropóloga, Yolanda Ramos Galicia entre los años de 1982-1983, pues se encontraban bajo la capa de cal del edificio.
También cuenta con un Arco toral, bellamente ornamentado con imágenes que remiten a la vida de San Esteban, de igual forma en el techo pueden observarse casetones decorados con querubines.
Sobre su construcción, el historiador Armando Díaz de la Mora, menciona que está capilla se clasifica dentro de las “capillas abiertas aisladas”, ya que conserva la ubicación tradicional de las capillas abiertas, es decir, se ubica al norte del templo, sin embargo ninguno de los tres templos ubicados en los otros señoríos (tlahtocáyotl) contaban con una capilla de este estilo, por tal razón se dice qué hay dos posibilidades, la primera, que haya sido contemporánea a la del convento de la ciudad de Tlaxcala y la segunda que se haya copiado antes de mediar el siglo.
En el exterior de la capilla abierta de Tizatlán, se encuentra un monolito conocido con el nombre de” El tigre de Molinantla” por su carácter de guerrero, fue traído de una barranca situada entre los límites de Teotlalpan, donde se dice se encontró el primer asentamiento de lo que hoy es Tizatlán, según los datos del cronista Diego Muñoz Camargo.
MUSEO DE SITIO
En un espacio de la Capilla Abierta se ha habilitado un salón, el cual será el Museo de Sitio, que ya cuenta con algunas vitrinas que muestran algunas piezas de cerámica, ídolos y figurillas que han sido donadas por los propios habitantes de la comunidad de Tizatlán, las cuales fueron halladas en lo que ahora es el complejo arqueológico ubicado precisamente frente a la iglesia de San Esteban, y que dada su importancia en la historia de Tlaxcala, aun se realizan trabajos de excavación y rescate por personal del INAH, aunque ya se encuentra en exposición permanente abierta al público en general.