SEMANA SANTA O SANTA SEMANA.
La celebración de la Semana Santa 2019, donde se recuerda la pasión y muerte del hijo de Dios, constituye el recuerdo del ser más impresionante que haya pisado la tierra y que por nuestra salvación fue crucificado según nos señala la Biblia.
Sin embargo, durante esta Semana Mayor, millones de personas se desplazaron a otros lugares del país, incluso al extranjero para disfrutar de unos días de descanso y es que la Semana Santa se ha convertido en eso, en una semana de vacaciones, y sin duda nadie recuerda al ser humano que fue masacrado y crucificado hasta perder la vida.
Si recordamos al pasado, cuando la mayoría éramos pequeños hace 40 0 50 años la Semana Santa era otra cosa, la vivíamos de manera diferente se tuvieran o no convicciones religiosas, sin duda eran días de guardar y de arrepentimiento de desprenderse de sus pecados porque era obligatorio confesarse, para poder participar del viernes santo.
Lo recuerdo y me da nostalgia, porque precisamente en esos días casi nadie se iba de vacaciones, pero eso sí, había muchas cosas que hacer en casa, y era obligatorio el asistir a las procesiones y celebraciones referentes a la pasión y muerte de Cristo, de manera formal se nos inculcaba que debíamos vestir de forma respetuosa y de preferencia de algo obscuro como si fuera un funeral y no como hoy con las bubis al aire luciendo minifaldas y escotes que quitan toda la intensión.
Confieso que a mí no me gustan las procesiones actuales por aquello de la provocación del morbo y el desfile de modas que se ve en las mismas, y solo recuerdo las que se celebraban en mi infancia. Supongo que es porque me interesan las manifestaciones de espiritualidad que forman parte de nuestro legado cultural y religioso.
Esta pasada semana santa no dejó malos recuerdos, un actor de cristo borracho en San Bernardino Contla Tlaxcala, Un Dimas tirado de su cruz, organizadores de procesiones llegando a los pleitos porque cada quien quiere ser protagonistas, circos romanos fuera de la realidad, un judas golpeado, un gallo que canta 3 veces, procesiones llenas de coloridos, borrachos en las celebraciones, ventas de alcohol, micheladas, cubas, tocadas de todo tipo, música y más música, disparates en las playas, sexo ocasional, burlas y más burlas a las tradiciones religiosas derivadas del crimen al hijo de dios.
Estas imágenes de los Pasos del hijo de dios en la tierra son auténticas obras de arte que es imposible dejar de admirar, solo que a estas fechas se han convertido en un disparate disfrazado de religioso.
Recuerdo, y solo queda en eso en un recuerdo que el Domingo de Ramos siempre estrenábamos algo, un pantalón, una camisa, un vestido, unos zapatos, y que íbamos a misa con las palmas. Aquellos días del cine, eran las películas que se repetían año tras año: Barrabas, Ben Hur, Los Diez Mandamientos, etc, etc. Eso sí, el jueves y el viernes Santo estaba todo cerrado, cines, teatros, espectáculos, tiendas… solo quedaban abiertos bares y cafés y no todos, hoy las cosas son hasta para estrenos de cine y obras de teatro.
La única manera de entretenerse el jueves y viernes Santo era además de ir a las procesiones hacer «visitas de siete casas». El Sábado Santo ya era otra cosa, porque era la víspera del domingo de Resurrección y parecía que las calles volvían a animarse. Pero si algo tenía la semana Santa de antaño era la tranquilidad. Si recuerdo que eran días de sosiego, en el que el tiempo parecía no terminarse nunca.
Ahora la Semana Santa no se distingue de cualquier otra semana del año. Uno puede ir a bailar a una discoteca, a ver cualquier película que le apetezca, al teatro, a la playa y hasta el motel… en fin, puede hacer lo que le venga en gana porque según se ha ido transformando la sociedad la Semana Santa ha perdido la dimensión religiosa y espiritual que tenía para dar pie al libertinaje y a la deshonra social.
Sin embargo, solo recordemos que sucede lo mismo que con la Navidad que también la hemos convertido en una fiesta pese que celebramos el nacimiento del hijo de Dios, al mismo que matamos en la semana santa. Menos mal que a pesar de los intentos de algunos se mantiene la tradición de las procesiones que son una parte importante de nuestra cultura y sin ellas es difícil explicarnos a nosotros mismos. No siento nostalgia por el pasado, solo constato lo mucho que nuestro país ha cambiado, pero en especial las nuevas generaciones pienso en 20 años se habrán olvidado del significado de la SEMANA SANTA……¡HASTA LA PRÓXIMA!