Arte y Cultura

REFLEXIONES SOBRE EL DÍA DE LA MUJER.

«Reflexiones sobre el Día de la Mujer», plática impartida por la secretaria de la Sociedad de Geografía Historia Estadística y Literatura del Estado AC., Irma Carolina Romero Romero, el pasado 8 de marzo en la sala de juntas » Adrián Aguirre Benavides» de la SGHEL, ante alumnas de la licenciatura de Criminología de la Universidad Autónoma de Tlaxcala.Ante integrantes de la SGHEL y de invitados especiales, Irma Carolina Romero dio una breve exposición histórica de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer donde se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona, el 8 de marzo institucionalizado por decisión de las Naciones Unidas en 1975.

LA MUJER EN LA ANTIGÜEDAD.

La historia de la mujer en la antigüedad principalmente no recibía mucha atención mediática o académica. No obstante, destacan algunas figuras, unas literarias y otras reales. Así, en la comedia Lisístrata, de Aristófanes (siglo V a. C.), situada en la antigua Grecia, se encuentra un referente literario de la lucha de la mujer. La protagonista, Lisístrata, realiza una huelga sexual contra los hombres para forzar que estos pongan fin a la guerra.

El asesinato de la filósofa Hipatia, aunque su muerte se debe principalmente como consecuencia de una pugna de poderes entre Cirilo de Alejandría y el prefecto Oreste por el apoyo de la filósofa al segundo. Es usado por el feminismo como la reivindicación de la libertad de pensamiento y autonomía de la mujer.

LA MUJER EN LA REVOLUCIÓN FRANCESA (1789).

Durante la Revolución francesa la mujer tomó conciencia, en la Europa moderna, de su situación social. Marchando hacia Versalles, junto a los hombres, las mujeres parisinas reclamaron la igualdad social bajo el lema «libertad, igualdad y fraternidad». Las mujeres también tomaron conciencia de que en aquel momento la lucha de clases no contemplaba la lucha de género, esto es, la plena igualdad social de la mujer por la que debían luchar.

Durante la Revolución francesa se produjeron las primeras peticiones formales de derechos políticos y ciudadanía para la mujer. Así lo refleja la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana fue un texto redactado en 1791 por Olympe de Gouges que copiaba en buena medida la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de 1789, el texto fundamental de la revolución francesa. Es uno de los primeros documentos históricos que propone la emancipación femenina en el sentido de la igualdad de derechos o la equiparación jurídica y legal de las mujeres en relación a los varones así como el sufragio femenino.

MOVIMIENTOS DE MUJERES OBRERAS.

En sus inicios, finales del siglo XVIII y principios del XIX, el movimiento obrero mantenía una posición tradicional de corte patriarcal en relación con la igualdad de la mujer y sus reivindicaciones. Será a mediados del siglo XIX cuando los movimientos reivindicativos de la mujer tomen fuerza: lucha por el sufragio femenino, la reivindicación de la igualdad, la denuncia de la opresión social, familiar y laboral. Surgieron entonces los denominados movimientos sufragistas, inicialmente de origen burgués, con figuras como Flora Tristán.Los primeros grupos feministas en el movimiento obrero tendrán como gran aliado teórico el libro de Friedrich Engels, publicado en 1884, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado y surgirán dentro de los movimientos anarquistas que reivindicaban, desde el neomalthusianismo, la procreación consciente del proletariado, la separación entre sexualidad y reproducción, la defensa de la maternidad libre, la liberación femenina, la libertad sexual, la promoción de la planificación familiar, el cuidado de los niños así como el uso y difusión de métodos anticonceptivos artificiales.

La propuesta de Zetkin fue respaldada unánimemente por la conferencia a la que asistían más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés. El objetivo era promover la igualdad de derechos, incluyendo el sufragio para las mujeres. Además de Clara Zetkin hay que señalar los nombres de otras pioneras en la reivindicación de los derechos de las mujeres como Rosa Luxemburgo, Aleksandra Kolontái, Nadezhda Krúpskaya e Inessa Armand.

ACCESO DE LA MUJER A LA UNIVERSIDAD.

En España, el ocho de marzo de 1910 tiene también una significación especial, pues a partir de ese día la mujer pudo acceder a la Enseñanza Superior en igualdad de condiciones que el hombre, cuando se aprobó una real orden que autorizó “por igual la matrícula de alumnos y alumnas” poco después de que Emilia Pardo Bazán fuera nombrada consejera de Instrucción Pública. Bien es cierto que anteriormente, las pioneras de finales del siglo XIX habían comenzado a ir a la Universidad pues no existía ninguna ley en contra. No estaba prohibido, al principio, porque simplemente nadie había pensado, jamás, en que una mujer quisiera estudiar y, mucho menos, que lo necesitara para ser una buena madre y esposa.

LAS MUJERES EN MÉXICO.

En 1824, durante la construcción de la república mexicana tras la guerra de Independencia, unas mujeres de Zacatecas enviaron una carta al Congreso Constituyente para exigir el reconocimiento de su participación en la lucha y su derecho a ser ciudadanas con capacidad de acción política reconocida. Durante su programa de gobierno, algunos años después, Benito Juárez reconoció la importancia de la educación formal para mujeres y fundó la Escuela Secundaria para Señoritas en 1869. En 1875 comenzó a impartirse Pedagogía en esa misma institución y eso fue el antecedente para la formación en 1888 de la Escuela Normal de Profesoras.

Un recorrido histórico por la revolución de las mujeres mexicanas que la educación fue muy importante para el surgimiento de los primeros grupos feministas mexicanos.

En 1884 Laureana Wright González fundó la primera revista feminista en México, que en un inicio se llamó Violetas del Anáhuac y, más adelante, Mujeres del Anáhuac.

Otro aspecto relevante para esta historia es, desde luego, el papel de las trabajadoras en su exigencia por derechos laborales justos. En 1884 se formó en Puebla un sindicato de tejedoras de sarapes y en 1887 uno en la ciudad de México, formado por cigarreras.

Posteriormente, en 1916, se realizó el primer Congreso Feminista, específicamente el 13 de enero. Este fue impulsado por el general Salvador Alvarado como Gobernador de Yucatán y las organizadoras fueron Consuelo Zavala, Dominga Canto, Adolfina Valencia de Avila, María Luisa Flota, Beatriz Peniche, Amalia Gómez, Piedad Carrillo Gil, Isolina Pérez Castillo, Elena Osorio, Fidelia González, Candelaria Villanueva, Lucrecia y Adriana Badillo, Rosina Magaña y Consuelo Andrade.

En Yucatán, unos meses antes, Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche de Ponce y Raquel Dzib Cicero figuraban como candidatas a diputadas al Congreso del estado de Yucatán. Elvia Carrillo Puerto resultó la primera mexicana electa diputada al Congreso Local por el V Distrito, el 18 de noviembre de 1923. Sin embargo, después de desempeñar su cargo por dos años renunció, debido a las amenazas de muerte que recibió. Más tarde cambió su residencia a San Luis Potosí, y fue electa al obtener la mayoría de votos, pero el Colegio Electoral no reconoció su triunfo.

Entre 1935 y 1936, mujeres del partido oficial conforman el Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDN), junto con y militantes o cercanas al Partido Comunista. Ellas encaminaron sus demandas de clase y reivindicaciones de género.

Posteriormente, el frente profundizó en ciertas áreas del trabajo popular como la creación del Departamento Autónomo de la Mujer en la Confederación Campesina Mexicana (CCM); luchó por el cumplimiento de la Ley Federal del Trabajo y la sindicalización de las obreras y empleadas gubernamentales, así como por la instalación de salas de asistencia infantil anexas a los mercados.Hoy en día faltan muchos eslabones por superar, se han concretado algunos peto todavía hay varias asignaturas pendientes, los partidos políticos cumplen con el 50 pero aún hay muchos pendientes, pero algo pasa, hasta ahí la historia.

En este momento las reflexiones de las mujeres que asistieron a la plática, radicó en que “deben ser las propias mujeres las que apoyen a las demás a sobresalir, destacar en los diferentes espacios sociales, políticos, educativos y profesionales, sin querer hacer menos al sexo opuesto, sino como complemento del uno para el otro”.

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