Acontecer Cultural

ESENCIA DE UNA TRADICIÓN VIVA.

Una de las fiestas con más arraigo en México es la «De Todos los Santos», celebración que se realiza durante 6 días y que de acuerdo con el estado, región o municipio se celebra de diferentes formas, sin embargo en Tlaxcala, considerada cuna de la Nación y el mestizaje, el culto a los muertos es una mezcla de la tradición prehispánica con la española, donde los tlaxcaltecas viven de acuerdo a sus costumbres, el culto a los muertos con un gran respeto y religiosidad católica, y que a pesar del paso del tiempo su esencia sigue siendo una tradición viva que perdurará por siempre.

PREPARATIVOS PARA LA FIESTA.

Desde meses antes, las familias se empiezan a preparar para ahorrar y así adquirir los elementos necesarios para celebrar a sus difuntos.

En los mercados y tianguis de la entidad, inicia la venta de productos necesarios para el festejo, que va desde la fruta de temporada, veladoras y cirios, flores, dulces y adornos.

 En Tlaxcala, tahoneros elaboran el tradicional pan de muertos, que son hojaldras y lisos.

 

Los familiares acuden a los cementerios o panteones a deshierbar y limpiar las tumbas, para que queden listos para adornarse durante la semana dedicada a la celebración de los muertos.

EL RECIBIMIENTO A LOS FIELES DIFUNTOS.

La celebración inicia el 28 de octubre y concluye el 2 de noviembre, durante esta fiesta, aunque no dejan de ser días tristes para algunas personas, son días de regocijo y alegría porque se recuerda con cariño a los familiares que ya han partido de este mundo terrenal y que de acuerdo con las creencias religiosas, ellos regresan en estos días para convivir con los vivos.

Todos estos días se deshojan las flores de cempasúchil y se forma una veredita que va desde la calle pasa por la entrada de la casa hasta llegar al lugar donde se encuentra la ofrenda, esto para guiar a las ánimas a la ofrenda.

El 2 de noviembre se forma la vereda desde la ofrenda hasta la salida de la casa a la calle, como despedida para su retorno.

LA OFRENDA

La tradición de colocar ofrendas iniciada por los antepasados se ha transmitido de generación en generación y hoy en día es para la mayoría una promesa de cada año, colocar altares con los elementos que por tradición se colocan en altares monumentales formados por lo menos en tres niveles: cielo, tierra e inframundo, y también los hay de siete, que son los niveles que debe atravesar el alma para llegar al descanso o la paz espiritual. Los colores que predominan en ellos son el morado, que representa “la muerte”, y el amarillo, que representa “la vida”.

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