Acontecer Cultural

FIESTA DE LA PORTADA, EN IXTLAHUACA.

Las ferias en honor a los santos patronos se realizan a lo largo y ancho de la República Mexicana, pero en cada región las celebraciones son diversas, llenas de colorido y tradición de acuerdo a las costumbres arraigadas por generaciones, en Ixtlahuaca del Rayón, municipio del Estado de México, una de las fiestas tradicionales es la del 4 de octubre en honor a San Francisco de Asís.

Una vez terminada, en un nicho colocan una pequeña imagen de San Francisco de Asís y el 3 de octubre, a las 3:00 p.m. al estallido de cohetones se reúnen los vecinos de los barrios para iniciar la procesión llevando a hombro la portada, recorriendo 3 ó 4 kilómetros del barrio de San Pedro a la iglesia del centro de Ixtlahuaca.

Durante el recorrido lo hacen entre cantos, música y flores con mucha alegría, los hombres se interesan por tener el privilegio de cargar un tramo sobre la carretera que va de Ixtlahuaca a Jiquipilco, la gente se va agregando por las distintas calles de la población hasta llegar al atrio de la parroquia, en donde, frente a la puerta principal, la colocan con mucha algarabía, al son de los distintos grupos de danzantes que aún existen en algunas comunidades, lo que le da vistosidad a esta celebración.

Pero, ¿De dónde surge esta celebración tan peculiar de Ixtlahuaca?

ANTECEDENTES.

De acuerdo con una investigación en el año 2015, Arturo Miranda Osornio, en la revista virtual de Gastronomía “Culinaria”, habla sobre la Fiesta de la Portada: “Es una sobrevivencia cultural en torno a los imaginarios alimentarios en la fiesta patronal de Ixtlahuaca, Estado de México”.

Prosigue en su texto, “Al rastrear en los documentos antiguos y al encontrarnos con una de las más grandes obras que versan sobre la cultura del pueblo mexicano de antes de la llegada de los españoles escrito por Fran Bernardino de Sahagún, la Historia General de las Cosas de la Nueva España (2006), quien en el libro segundo de su obra nos hace una detallada descripción del cómo se realizaban las fiestas a sus dioses, donde se veía innegablemente la presencia de las danzas, los cantos, las ofrendas florales y por supuesto los alimentos:

En esta fiesta ponían espadañas a las puertas de las casas, ensangrentaban con sangre de las orejas o de las espinillas. Los nobles y los ricos, además de las espadañas enramaban sus casas con unos ramos que llamaban acxoyatl; también enramaban a sus dioses y les ponían flores a los que cada uno tenían en sus casas… (Sahagún; 2006: 78)

En la cita anterior, que hace referencia a las fiestas que se desarrollaban en honor a Cintéotl, dios del maíz, nos podemos dar una idea de todas las actividades que se tenían que desarrollar obligatoriamente para honrar a los dioses, en este caso de los alimentos, para agradecer por los mantenimientos y solicitar también para los años venideros”.

Éste es un antecedente de lo que después de la conquista militar y espiritual por parte de los españoles hemos connotado con el nombre de fiestas patronales. Este proceso de mestizaje ideológico, a pesar de las prohibiciones que la nueva fe trajo a los nativos, ellos buscaron y encontraron la forma de ensamblar ambas posturas religiosas para conservar sus cultos y agradecimientos a los dioses, que ahora se van a equiparar con los santos católicos.

En el caso de las fiestas patronales y en todos los elementos que las integran se observa una sobrevivencia cultural, en donde los integrantes de las comunidades buscan la forma de mantener y transmitir sus conocimientos en torno a una celebración a las nuevas generaciones, para que éstas, a su modo de ver las cosas, y sobre todo, atendiendo a los recursos con los que cuenten, puedan seguir recreando las celebraciones, manteniendo parte de su originalidad, adaptándola a su época, y logrando con ello que las tradiciones festivas tengan esa sobrevivencia cultural.

DESCRIPCIÓN DE LA FIESTA DE LA PORTADA.

Es así como surge la Fiesta de la Portada de San Francisco de Asís, santo patrón de Ixtlahuaca, Estado de México, caracterizada por ser una población mayoritariamente mazahua, donde aún buscan la forma de que sus costumbres permanezcan.

La elaboración de la portada por los lugareños, quienes la han aprendido de generación en generación, inicia a partir de la tradición oral, se deduce que esta tradición tiene sus raíces desde la llegada de los primeros misioneros franciscanos a la región en la primera parte del siglo XVI.

Los materiales utilizados para la construcción de la portada son morillos de pino, tejamanil, lazo (jarcia, debido a que este lazo es el único que aprieta), citas de madera, para posteriormente iniciar la construcción de la portada colocando madera por madera desde el 1 de septiembre de cada año.

El señor Lauro García quien es el primero en abrir las puertas de la capilla del barrio de San Miguel para iniciar a limpiar las instalaciones de la capilla y comenzar la actividad, para que posteriormente los vecinos del barrio inicien su arribo en los días posteriores para que de forma voluntaria comiencen a participar en la elaboración de la portada.

Otro de los materiales importantes está constituido por las flores de cempasúchil, donada por los vecinos entre los días 1 y 2 de octubre, para que las mujeres voluntarias inicien la elaboración de los rosarios que van a constituir toda la vestidura de la portada. Así mismo, otro de los elementos importantes y de gran simbolismo son las flores que se elaboran con una palma que se trae del poblado de San Nicolás Peralta, en las cercanías de Santa María Atarasquillo, entre Lerma y Xonacatlán.

Los hombres que se dedican a la recolección de dichas palmas, actividad que se desarrolla el primero de octubre de cada año, tienen que llegar al pueblo donde se van a recolectar las palmas pasan una noche en el lugar y al día siguiente inician la recolección de las plantas. Esta actividad también la han aprendido de generación en generación, aunque en los últimos años, las nuevas generaciones, por diversas circunstancias, ya no se ven tan interesados en la actividad de la portada…

Posterior a la recolección de los elementos que constituyen a la portada, el día dos de octubre se preparan las palmas, se limpian y se van sacando cada uno de los pétalos que van a servir para dar forma a las flores en forma de rosas que servirán como decoración de la portada, así como los pequeños petates que también se utilizan como adorno.

Toda la gente que participa en el desarrollo de la fiesta, manifiestan hacerlo por gusto, sin que nadie los obligue, y dependiendo de sus recursos económicos es su aportación, la cual va desde proporcionar los cuetes, las flores, su mano de obra, o los alimentos que se les dan a los participantes durante todo el proceso de construcción de la portada.

La portada debe estar terminada el día tres de octubre, antes de las tres de la tarde porque posterior a ello, se realiza la vestimenta del Santo Patrón por los padrinos de vestuario quienes lo hacen, ya sea para la petición de algún favor divino o por la paga de alguna manda.

En esos momentos también de lleva a cabo la misa de bendición y acción de gracias por la portada, acto que encabeza en párroco de la templo principal de Ixtlahuaca ubicado en la cabecera municipal. En este momento es evidente la solemnidad y la algarabía de los pobladores, pues es cuando ven terminada la portada que han elaborado por tres días para el regocijo y honra de su santo patrón, donde inicia una convivencia de los hombres en agradecimiento a Dios por los dones que da en todo el año.

Una vez que se terminó la comilona, los hombres del barrio de San Pedro, tienen que reunirse alrededor de la portada para cargarla y llevarla a pie hasta el templo principal. En promedio se requieren alrededor de cien hombres que carguen dicho ornamento debido a las dimensiones y el peso que esta tiene.

Inicia la peregrinación rodeada de la algarabía de la gente que al tiempo de caminar también pregona “las vivas” al barrio, al santo patrón, a la portada y a todos los elementos que tienen relación con la fiesta.

La portada se va acercando y lo grupos de danzantes, tanto concheros como de Chinelos, le dan la bienvenida, sus saludos y le presentan sus honores, a la vez que las personas que van rodeando a la procesión, también obsequian a todos los visitantes frutas de distintas variedades y dulces como parte del pago de alguna manda o milagro que les haya hecho san Francisco de Asís en este año.

Después de este acto, continua la procesión de la portada hasta llegar a la entrada principal de la iglesia del centro, donde nuevamente se le da la bienvenida, y es Don Pedro Reyes, señor que durante toda su vida ha participado en la actividad, y es uno de los dirigentes de la fiesta, es quien encabeza la colocación del arco en la fachada principal del templo central.

Este proceso requiere la participación de todos los hombres que cargaron la portada desde la capilla del barrio de San Pedro, pero también de algunos otros voluntarios que ya se encuentran en el techo  de la iglesia para iniciar a levantarla.

Conforme la portada comienza a levantarse y erigirse monumentalmente como el rostro de los agradecimientos a San Francisco, también comienzan a sonar a todo vuelo las campanas de las torres de la iglesia y al unísono las bandas que acompañaron a la procesión comienzan a tocar todo tipo de canciones aludiendo a la emoción de ver terminada la actividad que inicio dos días antes.

En el momento que la portada ya se encuentra colocada en la fachada de la iglesia central, todos los asistentes inician una serie de manifestaciones de alegría, vitoreando todo tipo de porras alusivas a la fiesta. Posterior a ello, todos los que participaron en la actividad se dan las gracias mutuamente e ingresan al recinto religioso para  escuchar la misa de vísperas para la fiesta mayor que se realizara al día siguiente. 

 Ya entrada la noche, comienza la presentación de todo tipo de fuegos artificiales, acompañados por la música de las bandas que se congregan para honrar al santo patrón y dar el entendido de que la comunidad se encuentra de fiesta.

La portada deberá permanecer colocada en la fachada de la iglesia principal hasta el primer domingo del mes de noviembre, que es cuando nuevamente los vecinos del barrio de San Pedro, encabezados por el Señor Pedro Reyes, se reúnen para bajar la portada y regresarla a la capilla de su barrio, rodeados de toda solemnidad por haber cumplido con una de las obligaciones que han aprendido año tras año desde las generaciones que los anteceden.

Sin lugar a dudas, esta fiesta de la portada en Ixtlahuaca, Edomex, es una tradición viva y que continuará por muchos años más, visita este municipio donde la fe se convierte en una hermosa tradición heredada de nuestros antepasados.

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