Arte y Cultura

INVIERNO 2017

Al encontrarse Marissa en medio de aquella muchedumbre, sintió un calor sofocante, irresistible, su única idea era alejarse inmediatamente de aquel sitio, que tan sólo le traía a la memoria tristes recuerdos de momentos desagradables llenos de angustia y de dolor. Sin saber cómo, pero llegó hasta aquel paraje sólido, apacible, donde el viento soplaba suavemente jugueteando con las ramas de los árboles… a lo lejos se escuchaba el bullicio de las aves que buscan un lugar para descansar al aproximarse el anochecer…

Sí, ahí estaba, confundida entre las sombras de la noche, caminaba sin rumbo fijo por aquel sendero iluminado por la luz de su ser. Después de varias horas de vagar sin sentido, Marissa llegó hasta un poblado pequeño, perdido entre cerros y bosques, su vista se dirigió hacia aquellas altas torres que sobresalían de las casas, el sonido de las campañas la hicieron sobresaltarse, al tiempo que disfrutó ver el juego de luces que se observaban en las ventanas y techos de las viviendas. Parecía una postal de aquellas que salen en las revistas.

Vivir mucho tiempo en la ciudad, hace que se olviden estos detalles, el anochecer es testigo de aquel encuentro mágico, donde Marissa recordó algunas escenas de su niñez, cuando vivía al lado de sus padres y hermanos en aquel barrio donde nació y creció en medio de limitaciones, pero que en aquel entonces era muy dichosa y disfrutaba de las bondades de la vida, donde las preocupaciones solo era para los mayores…

Sumida en sus pensamientos llegó hasta el atrio del templo, ahí un grupo de jóvenes dirigieron su mirada hacia ella  y lejos de verla como a un bicho raro, le mostraron su amistad con una sonrisa cordial, uno de ellos se adelantó al grupo y le preguntó -¿Buscas a alguien?- un poco confundida Marissa respondió negativamente con la cabeza.

De pronto… su atención de todos se dirigió inmediatamente hacia la entrada principal del templo, en ese momento salían dos pequeñas con una charola, en ella llevaban las sagradas imágenes de María y José,  atrás de ellos un grupo de personas portaban velas encendidas, luces y flores. Confundida entre la gente, Marissa al escuchar los cánticos y rezos, reflexionó en la fecha… sí, era 24 de diciembre, estaba cerca la Navidad y después el año Nuevo, dos festividades decembrinas muy importantes para la humanidad, las cuales ella desde hace mucho tiempo había dejado de celebrar.

-¡Claro!- exclamó en medio de aquella algarabía tradicional, que la llevo a recordar del porqué de la Navidad había pasado desapercibida por ella desde hace más de 10 de años, y por ende, el espíritu navideño ya no existía en su ser… la razón era que el vivir en la agitada y controvertida ciudad, los 24 y 31 de diciembre eran tomados para ella como días de asueto, de descanso…El sonido semejante a grillos en la noche, los truenos de cohetones, las luces de bengala y los versos navideños de los caminantes la hicieron volver a la realidad y un tanto sorprendida miró a su alrededor, justo en el momento en que una abuelita con chal le ofrecía una velita encendida y con voz dulce les dijo –vamos a pedir posada… -¡oh, sí la posada! … exclamó, es Navidad, se acerca el nacimiento del Jesús, la Natividad del señor.

Fue hasta entonces  cuando recordó aquellas plabras que le enseñaron sus padres, allá cuando era pequeña y que al lado de los suyos vivía cada diciembre las fiestas navideñas. Marissa se dijo así misma, “como es posible  que haya olvidado estas fechas… ésta costumbre hecha tradición donde se venera el nacimiento de un ser que vino al mundo para salvar a la humanidad, Jesús el Hijo de Dios…

Al apreciar el fervor de la gente al entonar los villancicos, pedir posada y la respuesta de los que están dentro de la vivienda, la risa de los infantes, los silbatos y las lucecitas de bengala que alumbran entre la penumbra del anochecer, hizo que Marissa en su mente aun confundida lo comparara con la forma de cómo ahora se festeja la Navidad en las grandes metrópolis…

Donde los infantes quiebran piñatas con formas de personajes de la televisión, los jóvenes lo festejan con sus amigos en un antro o centro nocturno, bailando música de moda y consumiendo alcohol y drogas… los adultos reunidos con familiares y amigos en su centro recreativo consumiendo comida chatarra y disfrutando de lo que encuentran en la red cibernética desde sus teléfonos inteligentes, mientras…sí es así como ahora se celebra la Navidad en el mundo.

La mente confundida de Marissa, miles de pensamientos y recuerdos entre su niñez y su vida actual se repetían una y otra vez… ¡cómo han cambiado las cosas, se han perdido la esencia de la Navidad, porque la humanidad se ha dejado llevar con el consumismo y por la mercadotecnia, o es que acaso la verdadera navidad solo se vive en la provincia donde aún las familias se reúnen para esperar el nacimiento del hijo de Dios… La Navidad…. Casi ya era una fecha que Marissa había olvidado y que ahora lo había vuelto a recordar y no sólo eso, sino que lo estaba viviendo una vez más en su vida…

Al entrar en aquella vivienda, los macetones con plantas verdes y floreadas, una construcción antigua de adobe y teja, pintada de color pastel, en su interior no había muebles finos, pero sí los indispensables para la comodidad de sus moradores, quienes al abrir las puertas mostraban sus rostros llenos de alegría y regocijo por recibir a los “Santos Peregrinos”, esa dicha que se siente sólo cuando llega al hogar un ser querido y respetado…

Las luces multicolores de aquel rinconcito llamaron su atención, Marissa observó detenidamente aquella cueva hecha con ramas de pino natural, aromático y lleno de colorido con esferas, musgo y heno, los pastores con su rebaño parecían tener vida, las casitas de cartón, un ángel al centro en espera del nacimiento del Niño Dios, José y María fueron depositados al centro donde la mula y el buey fijaban su mirada al pesebre donde estaba esa imagen tierna que une a la humanidad en las fiestas decembrinas.

Mientras los villancicos y el arrullamiento era entonado por los asistentes, los cohetones se escuchaban en medio de los rezos y cánticos… era Navidad… Las lágrimas en los ojos de Marissa denotaban la inmensa alegría que sentía en su interior, miró a su alrededor como tratando de encontrar a alguien, pero sin conseguirlo, ¡No, no estaban ellos ahí, tan solo ella, sola en medio de tan gente! Un largo suspiro y rememora aquellos momentos que vivió con sus padres, aquellos momentos cuando disfrutaba de las fiestas decembrinas al lado de sus hermanos, primos y sobrinos, todos unidos en una fecha tan especial, ¡claro… esos momentos jamás volverán!

Vamos, pastores, vamos, vamos a Belen

a ver en ese niño la gloria del Edén, la gloria del Edén, del Edén.

Ese precioso niño, yo me muero por él,

sus ojitos me encantan, su boquita también.

El padre le acaricia, la madre mira en él:

y los dos extasiados contemplan aquel ser, contemplan aquel ser….

Marissa reacciona de pronto y sus pensamientos y recuerdos se desvanecen, es cuando ella, empieza a disfrutar de la esencia de la navidad, de la alegría que se siente cuando ha nacido el Hijo de Dios… costumbre heredada por nuestros antepasados y que ahora es una rica tradición conservada por la religión católica- cristiana.


El ambiente navideño poco a poco se fue perdiendo entre la oscuridad de aquella noche de Navidad, cuando de pronto… Marissa despierta con un sobresalto, mira a su alrededor, estaba en su habitación, en su cama, donde ya nada había de lo que había vivido… o tal vez no lo vivió y simplemente lo soñó… se levanta despacito y llega hasta la ventada, y fue cuando descubrió las luces de la ciudad, aquella ciudad en la que ahora radica después de hacer concluido sus estudios universitarios y haber sido elegida para ocupar un puesto en la empresa… calles iluminadas con grandes espectaculares adornos en edificios y un sinfín de imágenes invitando a vivir la Navidad en la época moderna, imágenes sin sentido …

¡No! Esta no es la Navidad que había vivido en aquel sueño… en su mente regresaron aquellos momentos agradables donde disfrutó de la Navidad en medio de una gente, sin angustiarse de los conflictos sociales, de las campañas políticas, o lamentándose de que la bolsa de valores ha bajado, o porque el conflicto armado en medio oriente se extiende a todo el mundo…

En la provincia se vive la Navidad de forma distinta, donde todo es armonía paz y amor, no importa lo que se da, sino darlo de corazón, en familia, regresar a lo nuestro, a nuestras costumbres y tradiciones, a disfrutar de aquellos alimentos preparados especialmente para esta época navideña… ¡Sí!, eso es la esencia de la Navidad, vivir con alegría, disfrutar el estar con la familia, estando en el lugar que sea, no olvidar nuestro origen para que no se convierta en tanto sólo ¡Un sueño de Navidad!…

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