Perspectiva

UN MÉXICO CON IDEALES

Por: Armando Cano Jiménez

Un México con ideales que se destruyen con el paso del tiempo, por el sistema político mexicano, ideales que surgen junto con una Revolución Mexicana, que buscó en todo momento la igualad de condiciones entre las clases sociales.

Verdaderos luchadores sociales que ya no hay por doquier, que vivían y sentían ese esplendor al creer que sería posible, ver a un México esplendoroso, con fe y lleno de esperanza, veían un mejor futuro y no concebían a un México a distancia cada vez más pobre, creando un país y profesando aún más en una nación con fe, desafortunadamente para nosotros los mexicanos y tlaxcaltecas en particular no ha sido así, en un país tan extraordinario y de oportunidades como el nuestro.

Es sin duda, un país mal dirigido, que a través de la manipulación con su discurso mediático y sus acciones no den más, que eso, mentiras y desencantos, y falsas promesas de amor, como dice una canción, yo recuerdo que a través de la historia desde la época de Miguel Alemán, con las promesas de la modernización y con el surgimiento de los grandes centros comerciales, la radio, pero aún no televisión, ya se manejaba el discurso de los políticos y que ha sido siempre encaminado por una sola línea, la de las promesas de gran desarrollo.

Donde la figura desde siempre de los señores presidentes, ha sido primordial y por delante de las verdaderas necesidades del pueblo que requieren urgentemente de ser atendidas en sus respectivas administraciones.

Todas esas imágenes y fotografías por doquier de un Presidente sonriente porque en México no pasa nada, se hacen cada vez más fuertes, ahora con el control de la televisión, diferentes medios de información y comunicación y ahora con el Internet.

Solo son adulación pública, insaciable maledicencia privada, de tras de promesas a una sociedad que le auguraban para el siglo veintiuno un México diferente que daría inicio con el año dos mil, sin especificar como se lograría, un porvenir de plenitud y de bienestar, con grandes ciudades limpias, un México sin injusticias y sin pobres, sin violencia, sin basura, y para cada familia casas ultramodernas y aerodinámicas, que a nadie le faltaría nada.

Esplendores de gobernantes que se han llevado todo, y donde cada día la sociedad se queja permanentemente de la inflación, la corrupción y el enriquecimiento sin límites de los innombrables, y la miseria de casi todos.

Estamos a tiempo de corregir, porque no solo basta con salir en los medios de comunicación para informar  y decir que ya estamos bien, que vamos caminando por el camino correcto en busca de  alcanzar el desarrollo.

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