Arte y Cultura

MANIFESTACIÓN A TRAVÉS DEL ARTE

POR: MARÍA ISABEL GÓMEZ

La creatividad, imaginación y destreza del ser humano no tiene límites, más cuando se trata de llevar diversión y sano esparcimiento a  chicos y grandes, con divertidas historias narradas y protagonizadas por simpáticos muñecos de madera manipulado por hilos, mismos que a través del tiempo se han convertido en verdaderos artistas titiriteros, como lo fue la compañía de Títeres Rosete Aranda. Donde nos narran su historia tres personajes, uno reconocido coleccionista de títeres y marionetas de la Dinastía Rosete Aranda, como lo es Don Miguel Narváez Edmunts (+), y la promotora y directora de teatro Guadalupe Alemán Ramírez y Alejandro Jara Villaseñor, fundadores del Festival de Títeres en Tlaxcala y del Museo Nacional del Títere.

INICIA LA COMPAÑÍA

Con información proporcionada por Don Miguel Narváez Edmunts en el año de 1990, precisamente en el año en que falleció Don Francisco Rosete Aranda Reséndez, el último descendiente de la dinastía de autómatas, quien fuera amigo de infancia, nos relata la historia de la Compañía de Títeres Rosete Aranda que surgió en el año de 1835.

En una larga plática sostenida en la casa de don Francisco Rosete en la ciudad de Huamantla, Narváez Edmunts recuerda… “El interés de cuatro hermanos y el apoyo de Don Margarito hacen que se monte una improvisada carpa en el Barrio de San Lucas, municipio de Huamantla. Los hermanos eran: Julián (como fundador) Hermenegildo, María de la Luz y Buena Ventura Aranda.

Adrián, Leandro, Felipe y Tomás Rosete Aranda (foto cortesía de Miguel Narváez Edmunts (+), publicadas en 1991 en la Revista Malintzi)

Ellos, al lado de Margare, como la llamaban de cariño a don Margarito, presentaban obras de teatro con títeres en este municipio tlaxcalteca, lugar donde se juntaba la gente para divertirse y convivir con los vecinos del lugar, ahí se vendían comidas y antojitos típicos de la región. Los muñecos eran de cabeza de barro y cuerpo de tela, más tarde, poco a poco, los fueron perfeccionando para darse a conocer en varias partes de la República Mexicana.

Comenzaron a tener éxito con sus representaciones, cuando fueron a la capital del país, en san Agustín de las Cuevas, rumbo a Tlalpan ya eran reconocidos por la forma de montar sus espectáculos.

Años más tarde, con el éxito que los acompañaba deleitaron al propio general Santa Ana, quien asistía a la función de los títeres. También fueron admirados por el presidente de la República Benito Juárez García. En esta época la señora María de la Luz Aranda, contrajo nupcias con don Antonio Rosete y así surge la dinastía Rosete Aranda, posteriormente se unieron los cuatro hermanos hijos de este matrimonio: Adrián, Leandro, Felipe y Tomás Rosete Aranda. Ellos comenzaron a trabajar y mejorar las técnicas de los títeres, porque primero se manejaban con alambre, y fue el propio Don Leandro quien introdujo hilos de algodón para su fácil manipulación. Más tarde cambiaron las cabezas de barro por las de madera y partes directas de los muñecos (1880). De esta manera surgen los mejores títeres del mundo.

En cada presentación que ofrecían, daban todo a su público, por medio de la habilidad al manejar y dar vida los muñecos que actuaban en escenarios elaborados por los propios creadores.

PERSONAJES FAMOSOS

Quien no recuerda a Doña Pascarronsita y al Capitán Centellas, quienes actuaban en la obra de Juan Tenorio. Doña Pascarronsita, tenía un nombre muy largo, señala don Miguel Narváez, el nombre completo era “Pascarronsita Mastuerzo de Verdegary Panza de Ruiz y Piret”. Ella salía y cantaba coplas en la obra de Juan Tenorio, con rimas que atacaban la política y cuestiones sociales de la época.

Doña Pascarronsita y el Capitán Centellas (foto cortesía)

Otro personaje es “Pies Rotos”, gracioso títeres que salía sentado a los hombros de un payaso, quien recorría en bicicleta todo el escenario. El más aclamado fue “Vale Coyote”, se puede decir que era un Cantinflas del siglo pasado. Vale Coyote echaba sus discursos contra la dictadura de don Porfirio Díaz. En cada una de sus actuaciones, tomaba la palabra y se dirigía al público, para hablarles sobre los problemas económicos-sociales que acontecían en el país.

Vale Coyote y Lucas, los más aclamados por el público

“Lucas”, personaje que salía en el Casamiento (cuadro costumbrista mexicano), mismo que encerraba cuestiones folclóricas del país, característica de los títeres Rosete Aranda, aunque también presentaban obras donde aparecían Castillos iluminados con luces de colores que en un tiempo alumbraban con aceite y ocote, más tarde se cambió por luz eléctrica. Una muestra la encontramos en el Desfile del 16 de Septiembre, donde actuaban más títeres, uno de ellos era don Porfirio Díaz en su carruaje y los demás soldados con la vestimenta propia de la época.

Pies rotos, títere con cabeza de barro, que salía arriba de un payaso que paseaba en bicicleta.

Los hermanos Rosete Aranda dieron una función en un teatro de Madrid, España, con la presentación de la “Verbena de la Paloma”, cuentan que al término de ésta, la gente aplaudió durante 10 minutos, por lo que bien que la presentaron. Además presentaban operetas, óperas y zarzuelas, números de circo y más combinaciones que fueron únicas en todo el mundo.

MÁS DE 5 MIL TÍTERES

Al seguir la tradición de los Títeres de la Compañía Rosete Aranda, por todo el territorio nacional y en el extranjero, se hicieron famosos por sus presentaciones y la forma de manipularlos en escena, y recibieron reconocimientos en varias partes del mundo, en total se habla de 5 mil 104 figuras de títeres, los cuales se encuentran dispersos en manos de coleccionistas y museos de México y del extranjero.

El ultimo descendiente del matrimonio de don Leandro y doña María de la Luz, fue Francisco Rosete Aranda Reséndez, quien acompañó a su padre por giras y se desenvolvió en el mundo mágico de los títeres. Su padre fallece en el año de 1909 en san Pedro de las Colonias, queda como cabeza de la compañía doña María de la Luz, quien deposita toda la responsabilidad en su hijo Francisco, quien mejora todos los cuadros y forma su equipo con personas de su entera confianza.

EL VITÁFONO

Francisco Rosete fue quien introduce el vitáfono, para que las voces de los títeres fueran más claras, porque antes era utilizada una especie de boquilla con una lata doblada y mixiote de maguey, que se introducía en la boca para dejarse escuchar la voz chillona o grave, según la actuación del personaje.

Con el uso del vitáfono, las voces se escuchaban con mayor claridad y más sonoras, con lo que mejoró la ambientación que se le daba al escenario, y se lograba que el público viviera junto con los personajes la obra presentada. Por ejemplo, cuando se trataba de una tempestad en el mar se colocaba una lona con el atardecer, en seguida los rayos y la lluvia y movimiento del agua, propios de la tempestad, con 5 mil litros de agua almacenada se agitaba con una lona y semejaba la furia del mar en medio de la tormenta.

En Huamantla hay personas que trabajaron al lado de don Francisco, entre ellas don Anfonsito Ortega y don José Hernández, que junto con él recorrieron la provincia en una carpa con capacidad para mil personas.

El espectáculo que más agrado en aquellos tiempos fue “El esqueleto de Liznage” en este se separaban los huesos del resto del esqueleto y luego aparecían entre el público o encima de sus cabezas.

La compañía de don Francisco estrenó varias obras en Puebla, viajo a Guadalajara, San Luis Potosí y Coahuila, y a pesar de la Revolución, los títeres de Rosete Aranda siguieron adelante llevando sana diversión a la gente.

En 1941 terminaron las giras formales de don Francisco, pero no por eso dejó de hacer presentaciones en Tlaxcala, en el teatro del IMSS y también en México, Puebla, y en su lugar de origen Huamantla. Sin dejar ese carisma para transmitir a la gente y principalmente a los infantes, mensajes de bondad, amor y patriotismo envueltos en la gracia de un muñeco de madera.

FRANCISCO ROSETE ARANDA RESÉNDEZ

(1900 – 1990)

Foto cortesía de la promotora cultural Guadalupe Alemán Ramírez

Francisco Rosete Aranda Reséndez nació en Huamantla, Tlaxcala el 4 de octubre de 1900, sus padres don Leandro Rosete Aranda y doña María de la Luz Reséndez de Aranda. Desde su nacimiento, vivió en el ambiente de los títeres, legado de sus progenitores.

Sus primeros estudios los realizó en Pachuca, Hidalgo, también estudio la preparatoria. En la época de la Revolución continuaba en las giras a lado de su padre, quien fallece en 1909, quedando al frente de la compañía doña María de la Luz, madre de Francisco, en quien su madre le depositó el cargo de la compañía.

En una carpa con capacidad para mil espectadores, don Francisco con su equipo conformado con personas de confianza, recorrió toda la República Mexicana deleitando a chicos y grandes con sus obras teatrales escritas por él mismo, tramas en la que actuaban personajes como doña Pascarronsita, Capitán Centellas, Pies Rotos, la China Poblana, Vale Coyote y más personajes surgidos de la imaginación y creatividad de los Rosete Aranda.

Una anécdota que recuerda don Miguel Narváez Edmunts, es cuando en una gira faltaban representaciones y la gente comenzaba a retirarse, entonces Panchito agarró a dos guajolotes y los vistió de charro y de la china poblana; los colocó sobre una tarima, la cual calentaron con fuego, y los animales comenzaron a brincar como si estuvieran zapateando, al calor de sus patas y con fondo musical del jarabe tapatío, fue un verdadero espectáculo y la gente se divertía mucho. Pero esto sirvió para que la compañía de títeres preparara más obras con los muñecos y no volver a sacrificar de esa forma a los animales. Desde entonces, los hermanos Rosete Aranda no necesitaron de trucos para divertir a la gente.

Don Francisco Rosete Aranda y Miguel Narváez Edmundts (Foto cortesía de la maestra Guadalupe Alemán Ramírez)

Francisco Rosete Aranda Reséndez contrajo nupcias con María Elena Rivera Goiry, a la edad de 30 años, quien disfrutaba y compartía la vida del titiritero, sus hijos son Francisco, Iraís, Rolando, Rodrigo, Armando, María Elena y Priscila.

Como precursor de la dinastía de Títeres, don Francisco fue reconocido mundialmente por sus múltiples representaciones y la forma de elaborar los títeres de madera y su vestuario. También hizo mucho por su tierra natal, al fundar el círculo social, cultural el 12 de septiembre de 1952, además fue uno de los integrantes para la fundación de la Cruz Roja Mexicana de Huamantla, y el Club de Leones de esa ciudad en 1954.

Don Panchito Rosete Aranda en diálogo con el “Vale coyote” (foto cortesía de la maestra Guadalupe Alemán Ramírez)

Le otorgaron la medalla de Comendador el 16 de julio de 1984. Y así como ese reconocimiento, en su casa, se encuentran muchos más, que con muestra de su amabilidad para con sus semejantes. En 1985, Artistas Unidos de Puebla le rindieron un homenaje en esa ciudad con motivo del 150 Aniversario de la mundialmente conocida Compañía de Títeres Rosete Aranda, otorgándole una presea por dar y llevar a la gente sana diversión.

El último viaje que realizó don Francisco Rosete fue a Zacatecas, acompañado por el presidente de la República Carlos Salinas de Gortari, ahí se inauguró una exposición de títeres en su honor.

Como la última voluntad de don Francisco fue ser velado en la Cruz Roja, su familia lo cumplió, porque él falleció el 12 de diciembre de 1990 en su hogar. El último descendiente de la dinastía Rosete Aranda murió, pero el mundo entero vive y recuerda sus obras y a sus títeres.

UN FESTIVAL Y MUSEO EN SU HONOR

En el año de 1983, Alejandro Jara Villaseñor y Guadalupe Alemán Ramírez, fueron los fundadores del “Festival Internacional de Títeres Rosete Aranda”, además de que ellos también sentaron las bases para la creación del Museo Nacional del Títere en Tlaxcala. Con información proporcionada por la investigadora Guadalupe Alemán Ramírez, destaca que dentro de su propuesta en aquellos años fue:

1.- Que las marionetas Rosete Aranda sean consideradas, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad. Para tal fin, propuso que el Gobierno del Estado y el Centro Nacional de Investigación y Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli, CITRU, conjuntaran esfuerzos para lograr dicho objetivo.

2.- Que se agregue al nombre del Festival la palabra Tlaxcala, quedaría de la siguiente manera: Festival Internacional de Títeres en Tlaxcala Rosete Aranda.

3.- A partir de la próxima edición del Festival Internacional de Títeres Rosete Aranda, se corrija el dato para que se reconozca que el mencionado Festival tiene 39 años de existencia, ya que fue fundado en el año de 1983.

Recuerda que de manera institucional, el Festival de Títeres se ausentó de Tlaxcala durante tres años, 1985, 86 y 87, pero como fundadores  siguieron abonando en el terreno de lo que amamos y sabemos hacer: MANIFESTARNOS A TRAVÉS DEL ARTE.

Guadalupe Alemán Ramírez, Alejandro Jara Villaseñor y Simón Álvarez Alemán al concluir el montaje de la primera exposición de títeres (1983) (Foto cortesía)

Agrega la promotora cultural, «se continúa dando seguimiento al Festival de Títeres, impartiendo talleres, invitando a grupos de titiriteros ambulantes, a dar funciones en diferentes municipios del Estado, participamos también en las ediciones de la Feria de Tlaxcala. Hicimos trámites ante la señora Silvia Pinal —en aquel entonces, primera dama del Estado— para dar continuidad a los Festivales entregándole una carta el 1° de julio de 1985, la seguíamos a los eventos oficiales y le recordábamos nuestro asunto».

El siguiente año de ausencia 1986, fuimos invitados por Celia Flores Macías a la toma de protesta del presidente municipal de Huamantla, Fernando Flores Macías (1986-1988) y entregamos una carta, firmada por Alejandro Jara Villaseñor y Guadalupe Alemán Ramírez, proponiendo la creación de un Museo del Títere en Tlaxcala.

En 1987, la esperanza no se perdía de darle continuidad a los Festivales y se empezó a compartir la idea de la creación de un museo con Don Panchito Rosete Aranda (+), con don José Hernández Castillo Cheché, con los maestros Gilberto Ramírez Alvarado (+), Roberto Lago (+) y con el coleccionista de títeres Miguel Narváez Edmunts.

En 1989, organizamos el Cuarto Festival de Títeres Rosete Aranda. En ese año, se formó un grupo de titiriteros tlaxcaltecas y con la asesoría de don Panchito Rosete Aranda, se participó en la edición 17 del Festival Internacional Cervantino de Guanajuato, con el espectáculo Las auténticas marionetas Rosete Aranda. Y en el programa de mano se anunciaba ya el proyecto para fundar el Museo del Títere en Huamantla, y se informaba que: llenaría un vacío latente en la historia latinoamericana del arte de los muñecos.

Después de cinco años de que iniciamos los trámites —y de que incluso se da a conocer como proyecto en la edición 17 del Festival Internacional Cervantino— se concreta con la gobernadora del Estado de Tlaxcala Lic. Beatriz Paredes Rangel la creación del Museo Nacional del Títere en Huamantla.

La gobernadora de Tlaxcala, Beatriz Paredes Rangel, Inaugura el Festival de Títres y apoya a la creación del Museo Nacional del Títere (foto cortesía Guadalupe Alemán)

El nacimiento del Museo era inminente, se gestó durante 5 años por los fundadores de los Festivales, Alejandro Jara y Guadalupe Alemán, había disposición de don Francisco Rosete Aranda, de los maestros Gilberto Ramírez Alvarado, Roberto Lago, y el coleccionista Miguel Narváez Edmunts de prestar materiales y acondicionar un espacio-museo en la ciudad de Huamantla, apoyados por don José Hernández Castillo, en esos años, Presidente Municipal de Huamantla (1989-1991). Pensábamos en algo muy modesto, afortunadamente la Lic. Beatriz Paredes Rangel, gobernadora de Tlaxcala, generosamente escuchó la petición y no escatimó esfuerzo institucional para el natalicio del Museo.

Los trámites para la creación del museo los llevamos a cabo durante 5 años, hasta que se concretó su fundación y el 9 de agosto de 1991, se Inauguró en la ciudad de Huamantla el Museo Nacional del Títere. Invitados: Roberto Lago, Javier Villafañe, Pedro Carreón, Virginia Ruano, Concha de la Casa, Alejandro Jara, Guadalupe Alemán, Simón Álvarez Alemán y mi querida y admirada Maricarmen Mazarraza Corona, entre otros.

1989 – Lic. Beatriz Paredes Rangel, don Francisco Rosete Aranda, Alejandro Pelayo y Alejandro Jara Villaseñor, entre otros, disfrutando una función de títeres (Foto cortesía Guadalupe Alemán)

En los últimos años se ha consumado la oficialización del arte escénico con marionetas, a través del Instituto Tlaxcalteca de Cultura (ITC) ahora Secretaria de Cultura del Estado y del ya mencionado Museo Nacional del Títere (MUNATI), donde se otorga anualmente el Premio Rosete Aranda; además, el Festival Internacional del Títere es una ventana y un escaparate para el arte de los títeres, donde se busca preservar, difundir y revalorar este arte milenario, a través de funciones, conferencias y talleres para todo público con una programación en comunidades y teatros de todo el estado.

Inauguración del 37 Festival Internacional de Títeres Rosete Aranda, en el MUNATI en Huamantla, que se realizó del 8 al 21 de octubre de 2022

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *