MUJERES TRANSGRESORAS
Desde que me acerqué al feminismo, esta filosofía de vida que busca la igualdad sustantiva, igualdad de oportunidades para mujeres y hombres, he tenido la oportunidad de conocer a estudiosas en el tema que formaron parte del movimiento feminista, de maestras que he encontrado en el camino que al compartirme sus conocimientos me llevaron a asumirme feminista.
Sí, hemos logrado cambios y nuestras ancestras nos dejaron un gran legado, que poco a poco se ha ido consolidando hacia el pleno respeto de nuestro derechos humanos, pero aún falta mucho por hacer.
En el entorno en el que me he desarrollado, tuve la oportunidad de convivir con mujeres que no siguieron del todo los esquemas tradicionales, que si bien no estudiaron, quisieron que sus hijas tuvieran un destino diferente al de ellas.
Algunas, a pesar de lo que representaba un divorcio en su familia, decidieron separarse de sus parejas para escapar de la violencia que vivían, otras, buscaron la manera de que sus hijas e hijos salieran adelante.
Sin saberlo, sin estudios, sabían que la educación tradicional que les dieron no era la mejor para ellas. Y esto representó salir su entorno, transgredir, dejar el espacio privado para ocupar un lugar en el público, ese que a las mujeres nos ha sido negado por generaciones.
Tuve la oportunidad de conversar con algunas que lograron salir de un entorno violento, sin estudios, pero con muchos deseos de tener una vida diferente. Esto no fue fácil, pero reconocen que si no fuera por el valor que tuvieron para cambiarla, no tendrían ahora una mentalidad abierta.
Cada persona desde nuestros espacios podemos lograr cambios, reaprender nuevas formas de convivencia, desde casa propiciar una educación igualitaria, libre de estereotipos y prejuicios, para que cada quien sea independiente y tome las mejores decisiones, y así saldar esa brecha de desigualdad en que aún vivimos mujeres y hombres; y porque cada día haya más mujeres transgresoras en todos los espacios.